Descripción de los trastornos del lenguaje y la
comunicación
Clasificación:
TRASTORNOS DEL HABLA
Y LA ARTICULACIÓN
DISLALIAS.- Son alteraciones en la articulación de los
fonemas, de tipo funcional, por inadecuado funcionamiento de los órganos
articulatorios.
Según Perelló y equipo (1970), se tiene:
Según Gallardo Ruiz y Gallegos Ortega (1995), si tiene:
Gallardo y Gallego (1995),
explican que los niños con dislalia no usan adecuadamente los órganos
articulatorios a la hora de articular un fonema, postulan algunos factores
etiológicos:
- Falta de control en la psicomotricidad fina: La articulación exige una gran habilidad motora.
- Déficit en la discriminación auditiva: El niño que no logra decodificar correctamente los elementos fonéticos de su idioma y no percibe diferenciaciones fonológicas del tipo sonoro.
- Estimulación lingüística deficitaria: Es en el caso de las dislalias en ambientes socioculturales deprivados.
- De tipo psicológico: Sobreprotección, Traumas, etc.
- Deficiencia intelectual: Son manifestaciones de los problemas de lenguaje del niño deficiente.
Las dislalias, según Gallardo y
Gallego, admiten diferentes modalidades ya que suelen producirse por:
Dislalias Particulares.- Se la identifica según el o los fonemas
afectados y se tiene:
Dislalias de las vocales: Diferentes defectos en la articulación de
los fonemas /a/, /e/, /i/, /o/, /u/.
Dislalias de los fonemas consonánticos: Que derivan sus nombres de
letras del alfabeto griego.
La evaluación de las dislalias puede ser
orientado por una tabla que según Gallardo Ruiz y Gallego Ortega es:
Una
vez identificadas las dislalias, se estudia la discriminación auditiva,
claramente relacionada con las bases funcionales de la articulación, Los
autores sugieren utilizar con este propósito las listas fonéticas de Quilis.
DISGLOSIAS.- Conocida también como dislalia orgánica, es un
trastorno en la articulación de fonemas por alteración o daño de los órganos
periféricos del habla provocado por lesiones o malformaciones de los órganos
articulatorios periféricos y no de origen neurológico central.
Perelló describe los siguientes tipos:
Trastorno Fonológico.-
Se caracteriza por
la dificultad que presentan los niños con la estructura fonológica de
las palabras, de modo que las simplifican sonando como niños de menor edad.
Según la teoría se distingue tres tipos:
TRASTORNO DE
LA ARTICULACIÓN Y EXPRESIÓN DEL HABLA
DISARTRIA.- Crystal explica que se
da debido a una serie de trastornos motores del habla, que surge como resultado
de un daño en el sistema nervioso, y que se manifiestan por
dificultades musculares.
Es toda alteración de
la articulación y expresión del habla que obedece a
trastornos de tono y movimiento de los músculos fonatorios,
secundarios a lesiones del sistema nervioso central o a enfermedades de los
nervios o músculos de la lengua, faringe, laringe, responsables del
habla.
La disartria o las
disartrias se suelen clasificar según la localización de las lesiones en un
sistema nervioso. Gallardo y Gallego describen varios tipos:
Gallardo y Gallego explican
que las lesiones en el sistema extrapiramidal pueden ocasionar dos tipos de
disartrias:
Hipocinéticas: Muy típica en la enfermedad
de Parkinson.
Hipercinéticas: Caracterizadas por la
presencia de movimientos involuntarios y excesivos, que entorpecen los
movimientos normales voluntarios.
En relación con el tema de las
disartrias y las afasias, los autores tocan el de la dispraxia verbal,
dispraxia del habla o dispraxia articulatoria. Consiste según Crystal, en la
disrupción de la capacidad para controlar la posición de los músculos para hablar,
y en la secuencia en que debe hacerse.
Apraxia.- Dice Cairo Valcárcel que la apraxia se caracteriza por:
- La pérdida de la capacidad adquirida para la realización de acciones motoras intencionadas.
- Signos evidentes que muestren la presencia de una paresia central o trastornos de la coordinación de movimientos (trastornos paralíticos, atáxicos, etc.).
- En una persona que posee pleno conocimiento de la acción que ha de llevar a cabo.
El mismo autor describe varios tipos de apraxia. Entre
ellas:
Dispraxia.- Gallardo y Gallego se refieren
a la dispraxia articulatoria del desarrollo, como una forma especial de
disartria.
Para Crystal, la distinción
teórica entre dispraxia y afasia expresiva en que la fonología ha resultado
afectada, es que en esta ultima el sistema fonológico esta perturbado al mismo.
En aquella, el sistema fonológico está intacto, pero el paciente es incapaz de
controlar su empleo.
Así mismo Crystal compara
dispraxia con disartria. Entre otras cuestiones afirma:
La diferencia más obvia es que
(en la disartria) los músculos del tracto vocal están totalmente deteriorados
en sus movimientos (cosa que no sucede en la dispraxia): un paciente disártrico
tendrá considerables dificultades para mover la lengua alrededor de la boca,
mientras que la lengua del dispráxico es bastante móvil (aunque no
necesariamente bajo su control).
TRASTORNO DE LA
VOZ Y RESONANCIA
La voz de cada persona tiene
un sello tan particular, que permite que se la identifique fácilmente a través
de ella.
La voz se produce en la
laringe, proporción modificada de la tráquea, al vibrar dos bandas elásticas,
las cuerdas vocales, que entran en acción por la corriente espiratoria de aire
de los pulmones: dicho proceso se la conoce como fonación.
La alteración de la voz pueden
ocurrir en cualquiera de sus características: intensidad, tono y timbre.
La intensidad permite distinguir entre sonidos fuertes y débiles: es al mayor o menor
fuerza espiratoria con que se emiten.
El tono se relaciona con la altura musical del sonido y está determinado por la
frecuencia de las vibraciones por unidad de tiempo, resulta más agudo.
El timbre corresponde a los matices individuales y peculiares de la voz y depende
de las características del resonante.
Se distingue entre los
trastornos de la fonación y de la resonancia. Este criterio se traslapa, por
cierto, con el anterior.
- Los trastornos de la fonación ocurre cuando algo infiere en el funcionamiento normal de la laringe.
- Los de la resonancia se dan cuando hay interferencias en el funcionamiento de las cavidades adyacentes, tanto antes como después de la glotis, produciéndose timbres anormales.
Gallardo y Gallego (1995)
enumeran varios factores que pueden estar a la base de las alteraciones,
clasificándolos en anatómicos, fisiológicos, psicológicos y ambientales.
Cuantitativo:
Afonía.- Pérdida total de la voz a causa de un estado inflamatorio agudo, un
traumatismo, parálisis laríngeas, cuadro psíquico histérico, etc. Es poco
frecuente en la edad escolar.
Disfonía.- Pérdida parcial de la fonación o alteración de la voz en cualquiera de
sus cualidades, a causa de de un trastorno orgánico o por su inadecuada
utilización.
Localización:
Laringofonías.- Son disfonías localizadas en la laringe. Las más frecuentes en los
niños son una mala impostación; ronquedad vocal, laringitis funcional y
fonastenia.
Rinofonías.- Alteración de la resonancia que consisten en la nasalización de la
fonación.
Etiológico:
Disfonías orgánicas.- Causadas por lesiones en los órganos de la fonación. Las hay
congénitas, inflamatorias y traumáticas.
Disfonías funcionales.- Hipertónicas: excesiva tensión de
las cuerdas vocales durante la fonación. Hipertónicas: las cuerdas no cierran
la glotis por falta de tensión muscular: en las personas apocadas o tímidas,
con voz velada, poco intensa.
Crystal por su parte examina
los siguientes trastornos:
Evolutivos.- Se da en los cambios de la
voz en la pubertad.
Orgánicos.- Se tiene en diferentes
anomalías, nódulos vocales, papilomas, etc.
Psicológicos.- Puede darse por el abuso
vocal, como en el caso de las personalidades inmaduras.
Los autores describen algunas
técnicas de relajación más efectivas y la correlación de las alteraciones.
Entre las recomendaciones para la escuela y hogar destacamos:
- Conseguir un ambiente
relajado en la casa.
- Evitar situaciones de ruidos
y gritos.
- Bajar el volumen de la tele,
radio, etc., para posibilitar una conversación relajada y sin esfuerzos.
- Hablar siempre al niño
pausadamente, con claridad e intensidad normal.
- No hablarle desde lejos, no
llamarle desde otra habitación.
- Conseguir que el niño no
grite: si lo hace, indicarle que se calle y vuelva a hablar en voz normal.
- Ayudarle a relajarse cuando
esté forzando la voz.
- En los casos de voz débil,
obligarle a que hable con más potencia.
- Cuidar los excesos vocales
durante las enfermedades que afectan la voz (laringitis, resfriados, etc.).
TRASTORNO DEL
RITMO Y LA FLUIDEZ
Son aquellos trastornos que afectan al
flujo, tasa y/o ritmo del habla.
El concepto de fluidez es problemático,
ya que aunque la tasa y el ritmo se corresponden con parámetros objetivos,
la determinación de si un lenguaje es o no fluido es subjetiva y depende
del juicio del oyente.
El farfulleo.- Se define bastante confusamente como una combinación de
problemas de organización del lenguaje, dificultades de articulación
y faltas de fluidez. La característica definitoria principal es la
velocidad excesiva de producción, que suele realizarse a sacudidas y
desigualmente, dificultando la inteligibilidad.
Frecuentemente, los sujetos son ajenos al
trastorno que padecen y muy habitualmente se confunde con la
tartamudez.
La tartamudez.-Se puede definir genéricamente como un trastorno funcional
del habla relacionado con la situación comunicativa, y caracterizado,
esencialmente, por bloqueos y repeticiones de sonidos y sílabas.
Jzmgby
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